sábado, 15 de octubre de 2011

BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA NORMAL SAN CARLOS DE LA UNIÓN, NARIÑO

En septiembre de 1915 la Hermana Caridad Brader, hoy ya beatificada, junto con seis hermanas misioneras más, arriban a La Unión, Nariño y empiezan a establecer los primeros contactos para fundar una institución educativa que en el siguiente mes iniciaría sus labores académicas con 310 estudiantes en primaria y 30 señoritas en secundaria. Con el transcurrir de los años dicha institución va avanzando progresivamente hasta llegar a ser lo que hoy es, La Escuela Normal Superior San Carlos, siempre regentada por las Hermanas Franciscanas que se han preciado de ser promotoras de una educación centrada en los valores humano-cristianos.

Es preciso destacar que hasta 1950 el colegio funcionó apenas con 1º y 2º de bachillerato. A partir de entonces se dio un notorio cambio tanto en aspectos de promoción a todos los niveles de secundaria, en su aspecto académico y en su planta física gracias a la labor emprendedora y dinámica de las posteriores hermanas rectoras tales como: la Hna. Superiora Priscila Pelka de nacionalidad Polaca, la Hna. Eduvina Arévalo y la Hna. Daniela Ortiz quien en 1958 ensanchó las aspiraciones del municipio de La Unión en beneficio de la niñez y de la juventud y logró establecer en el colegio la orientación normalista y su nacionalización mediante contrato celebrado entre el Ministerio de Educación Nacional y la gobernación del Departamento de Nariño.

El 2 de junio de 1972 recibe la aprobación de estudios para el Ciclo Básico de Enseñanza

En 1962 se graduó la primera promoción de maestras normalistas.Primaria, Educación Básica Secundaria y Ciclo Profesional Normalista. El 14 de marzo de 1979, la Escuela Normal queda autorizada para expedir el Diploma de Bachiller Pedagógico.

Todos estos últimos logros se alcanzaron gracias, igualmente a la labor de rectoras como la Hna. Olga Oesch, la Hna. Angela Villareal y la Hna. María Honoria Montalvo.

En la década del 80 la Institución adelanta junto con las demás normales del país una ardua lucha para no ser arrebatada su razón misional de ser formadora de maestros. Después de lo cual, por el contrario, se emprende un largo proceso de reestructuración para convertirse en Escuela Normal Superior con un consecuente también proceso, primero de acreditación previa que se aprobó en 1999 y luego de calidad y desarrollo, cuya aprobación se realizó en el mes de octubre de 2003.

En todo este proceso de los últimos 25 años han jalonado con gran tesón y empeño las hermanas directoras Ana Rosa Arcos Meza, Myriam Estella Alzate, Carmen Luisa Prada, Clara Judith Gil, Aura Elisa Romo, Myriam Esther Molano, Carmen Cecilia Calvachi, y actualmente la Hermana Margoth Benavides Rodríguez que ha demostrado amor por la institución, dinamismo y grandes emprendimientos.

Merced a las hermanas franciscanas, no sólo a las que se han desempeñado como rectoras, sino a la contribución de todas quienes han laborado en la institución, es que ella ha ganado cada año
mayor prestigio, gracias a la colaboración de todas y a los desvelos de la comunidad Franciscana que ellas representan.

En el año 2010 estuvo cumpliendo 95 años nuestra querida institución y por el mismo número de años se destaca la presencia y reconocida labor educativa y pastoral de la Comunidad de Hermanas Franciscanas de María Inmaculada en La Unión a través del mismo número de años.

En los anales históricos de La Unión la Normal ha sido un hito dentro del desarrollo de su contexto cultural y en sus casi cien años de historia también es digna de agradecimiento la sociedad venteña que siempre la ha apoyado.



Alberto Figueroa Molina
Docente

miércoles, 12 de octubre de 2011

Coplas en el día del estudiante

Señores, quiero contarles
algo que es interesante,
las cosas que yo viví
cuando yo era un estudiante.

Claro está que algunas cosas
pocos las entenderán,
pues han pasado los años
como bien comprenderán.

Recuerdo que siendo niño
cuando me iba pa’ la escuela
cargaba con mi pizarra
y mi almohadilla de tela.

Las planas que yo escribía
con la almohadilla borraba,
pasaba la profesora
y otras planas me dejaba.

Cambiaron después las cosas
cuando terminé primero
y vino después la pluma
con el famoso tintero.

Si la tinta se regaba
en tu cuaderno elegante
al momento recurrías
a secar con el secante.

Una nueva profesora
tuve estando ya en tercero,
me despedí de la pluma
y utilicé el lapicero.

En cuarto fue un profesor,
lo recuerdo casi a diario,
con amor nos inculcó
la devoción al rosario.

El quinto ya fue algo serio
y de gran recordación,
al profe le preocupaba
el examen de admisión.

Y llegó el bachillerato,
con sus muchos profesores
y comienzas a vivir
uno que otros sinsabores.

Y qué gran la diferencia,
para muchos sería un sueño
que volviera ya a las aulas
la Urbanidad de Carreño.

Y con El Método Palmer
buena letra se tenía,
se daba como materia
hasta la Caligrafía.

Y qué diremos ahora
hablando de ortografía,
mirando algunos cuadernos
se desmayaría mi tía.

Y al observar las locuras
en que el joven de hoy se mete,
le daría un patatús
al pobre del Padre Astete.

A mano eran los trabajos
o a máquina diría usted,
con libros bien consultados
porque aún no había internet.

Las tablas de logaritmos
ya pasaron al museo,
calculadoras científicas
por todas partes yo veo.

Cómo han cambiado los tiempos
con la gran tecnología,
y de tantos aparatos
se asombra la mayoría.

No pretendo con mis versos
criticar la actualidad,
simplemente que usted note
que hoy hay más facilidad.

En cambio lo que yo espero
de esta nueva juventud:
Que valoren lo que hoy tienen
con aprecio y gratitud.

Aprovechen estudiantes
los recursos y la ciencia
y con la tecnología
estudien más a conciencia.

                Alberto Figueroa Molina
             Docente Normal San Carlos